Dulce locura, esplendido ser,
maravillosa deidad traída a cuerpo de mujer
Endemoniada, has abierto ante mi las puertas del deseo, en un tobogán con caída libre al placer.
Severo cautiverio de amor eterno,
que doblegado en tu sonrisa y sumiso en tus labios,
me percibo como dibujo en sombra
frente al brillo de tus ojos.
Y si fue el deseo la semilla,
quizás fue en demencia el puente por creer lo imposible,
lo que obsequió a mi ser la alquimia oculta
de esa briosa naturaleza que has despertado.
Ficción de tiempo griego en pasión,
sensación de química sexual plena que
no ha podido la razón liberarme
y esclavo he quedado.
No hay imposibles,
Solo es incierto que he de entregar por tu corazón
¿Y que será de mi alma...?,
hoy por siempre presa en tus manos.
Wednesday, March 04, 2015
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